Me vienen a convidar a arrepentirme,
me vienen a convidar a que no pierda,
mi vienen a convidar a indefinirme,
me vienen a convidar a tanta mierda.
me vienen a convidar a que no pierda,
mi vienen a convidar a indefinirme,
me vienen a convidar a tanta mierda.
(Silvio Rodríguez)
No tengo empacho en reconocer que soy uno de los millones de votos que tuvo Andrés Manuel López Obrador en el año 2006, también promoví dentro de mi círculo cercano el voto a favor de él. Claro, tuve que tragarme adjetivos y descalificaciones: aunque soy lampiño, me sentí barbudo como Fidel Castro, hasta quise comprarme un uniforme militar para ser más cercano al “¡Hijo de Chávez!” que me endilgó un pariente español que añora a Franco y al cual le eché a perder una comida familiar después de misa de una, en domingo. La estrategia de “¡Ahí viene el comunismo!” funcionó en todos lados.
Cuando perdimos, me dolió al igual que a muchos, también sentí rabia e impotencia ante lo evidente de la manipulación en medios, lo burdo de la operación electoral, y como si fuera un partido del América-Chivas, tuve que aguantar a varios amigos y compañeros de oficina que festejaban burlonamente como si la patria se hubiera salvado de un penalti, sin ver la trascendencia de esa elección.
Quiero acotar que varios de los más entusiastas porristas de ese entonces, se han arrepentido de su voto. Claro, sólo le ha costado a nuestro país una guerra terrible, aumento en el número de pobres, impunidad para los gobernadores rateros y también para sus alcaldes protegidos.
Pasaron los meses y también, como muchos, me he enojado con AMLO por la estrategia que siguió cercana a la elección de ese día, parecía demasiado soberbio, sentía que ya le tenía, era suya, y la dejó ir. También me molestó lo del plantón de Reforma, su falta de pragmatismo, su estrategia para dividir al PRD para enviar a su propio partido a un tercer lugar en el 2009 atacar al PAN y participar de rebote en darle la mayoría al PRI.
Lo he seguido en medios, lo he criticado abiertamente, pero si algo le tengo que reconocer es esa necedad para seguir, como cuchillito de palo, una y otra vez sobre la misma cantaleta. Espurio, títere, mafia, oligarquía. Descalifica una y otra vez a los que ocupan el poder, a los que se alían con ellos. Razón no le falta, congruente preferiría llamarlo en lugar de necio.
¿Le falta razón a López Obrador en su crítica, le falta verdad a sus señalamientos?
Hay que examinar a nuestro país a casi 5 años de distancia. ¿Estamos mejor? ¿Estamos peor? ¿Hay seguridad? ¿Hay empleo?
AMLO acaba de publicar un Nuevo Proyecto de Nación, en verdad que es claro, conciso y convincente. En propuestas, le doy un 10. Ahora habrá que bregar contra “la mafia en el poder”, aquellos que quieren que todo siga igual porque de esa manera viven mejor. Sean los dueños de los medios, sean los dirigentes de los sindicatos, la clase política y empresarial, los que siempre han mandado. Vaya enemigos tan poderosos.
El discurso de López Obrador se ha modificado un poco, es más moderado, aunque sigue aplicando señalamientos fuertes claros a sus rivales políticos. Analizando varias transiciones políticas, los líderes de izquierda fueron cambiando su discurso para agradar a electores menos comprometidos que los de hace 30 años, Lula (Brasil), Evo (Bolivia), Tabaré (Uruguay) son sólo algunos ejemplos. Han tenido que convencer a nueva generación que termina votando por la imagen, el jingle de campaña y un discurso, mas no por las ideas.
¿Le alcanzará esta transformación a López Obrador? A no ser que le pase algo como a Colosio, AMLO estará seguro como candidato en el 2012, es el único seguro, le hagan como le hagan, le acusen de todo, él sabe bien que el PT y Convergencia dependen de él para sobrevivir como partidos políticos y él requiere unas siglas para competir.
Lo he criticado y mucho, pero debo reconocer que AMLO es de esa clase de políticos que ya no hay, a todos, tarde o temprano, les llegan al precio, les encuentran una debilidad, los convencen. AMLO es un necio, sí, pero un necio con ideas. En el 2006 fue la esperanza de millones y ahora sigue siendo para muchos, sobre todo para los pobres, los desempleados, los jubilados, es una esperanza.
A la carrera del 2012 le falta mucho, mucho por recorrer. Habrá sorpresas, videos, audios, fotos, denuncias, guerra sucia. Pero afortunadamente, para empezar, hay ideas, hay propuestas. Le invito a analizarlas, son las ideas de un necio, ya veremos qué papel hace de ahora en adelante.
Yo sólo represento un voto pero quiero participar y criticar de manera informada. Que no sea una campaña de ver quién es el más guapo, quiero ver quién quiere lo mejor para mi país. Le invito respetuosamente a que discutamos ideas, no adjetivos.
…será que la necedad parió conmigo,
la necedad de lo que hoy resulta necio:
la necedad de asumir al enemigo,
la necedad de vivir sin tener precio.
la necedad de lo que hoy resulta necio:
la necedad de asumir al enemigo,
la necedad de vivir sin tener precio.
“El Necio” (Silvio Rodríguez)
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