Podrás
engañar a todos durante algún tiempo;
podrás
engañar a alguien siempre;
pero
no podrás engañar siempre a todos.
Abraham Lincoln
Pasaron las elecciones del 7 de junio, los
resultados dejan en éstos primeros días a muchos
mexicanos un sentimiento de frustración y asombro, en concordancia con el
triunfalismo desmedido en los ganadores.
La probada incapacidad del presidente y su
gabinete, los escándalos de la Casa Blanca, la frivolidad de la familia
presidencial, los abusos del poder, la inseguridad creciente,
los muertos de Ayotzinapa, ¿Fueron olvidados por los mexicanos?
No. Todo ello quedó plasmado en los
resultados electorales.
Si el PRI ha conservado la mayoría de la
Cámara de Diputados (aliados con el Partido verde) y se apresta a darle
seguimiento a las reformas con Enrique Peña Nieto, deben irse con mucho cuidado:
según el PREP, el 75% de los mexicanos no votaron por ellos.
El voto anti-PRI se expresó de diversas maneras:
abstención (más de 41 millones de mexicanos no fueron las urnas); voto nulo
(casi 1 millón 800 mil votos) y la dispersión del voto opositor (casi 20 millones de votos), mientras la
coalición PRI-Verde obtuvo 13 millones en números redondos.
Echar las campanas al vuelo no es lo
recomendable, los números deberían ser de franca preocupación de los actores
políticos. Existe un fuerte desgaste en la imagen de todos los partidos,
descontento social y la muestra en Nuevo León de que se puede ganar una elección
como independiente.
Estas elecciones mostraron, además, el
crecimiento más importante de un partido nuevo como lo es MORENA. En próximos
meses veremos qué rumbo se enfila en el país para el final del sexenio de
Enrique Peña Nieto y cómo leyó el grupo gobernante lo que los mexicanos
expresaron en las urnas.
Veracruz
El triunfalismo barato no es ajeno a nuestro
estado. Según los resultados difundidos hasta este día, el PRI-Verde ganó 16
diputaciones federales de las 21 que corresponden a Veracruz.
Ya se ven nuevamente gobernando el estado de
la mano de Fidel Herrera y su cártel.
Como señaló con agudeza Mussio Cárdenas en una
de sus columnas, el PRI-Verde perdió los principales distritos de Veracruz: De
los casi 2 millones y medio de votos emitidos, 1 millón y medio votó en su
contra.
Como partido, el PAN en Veracruz conserva una
posición que le coloca en primera posición opositora por la carrera por la
gubernatura. Ahora vendrá su proceso interno, ese paso que termina siendo una
especie de hara-kiri, hay que recordar lo ocurrido en el pasado reciente con
Gerardo Buganza.
MORENA, al lograr un sorpresivo tercer lugar,
también entra en la contienda. Este partido ahora es integrado por muchos experredistas
que abandonaron el partido del sol azteca, después de que Fidel Herrera lo
convirtió en el PRD rojo para no crear una alianza opositora en el proceso del
2010.
El sur
Coatzacoalcos, Cosoleacaque y Minatitlán
mantuvieron un comportamiento similar: menos del 40% de votación, el voto
opositor disperso aunque sí motivó el triunfo del MORENA en Coatzacoalcos, mano
negra incluida.
Aunque José Luis Sáenz gana en Minatitlán, el
resultado obtenido muestra que la constante nacional lo alcanzó: La mayoría de
los votantes dispersó su voto por la oposición y eso le permite alzarse con el
triunfo ante una ola de voto antiPRI que no le afectó por existir tres propuestas con alta votación: PT, MORENA y PAN.
Sáenz Soto alcanza alrededor de 35,000 votos
y la oposición 57,000, lo cual muestra que ha sido una contienda reñida, aunado
a que varios actores de su propio partido movieron los hilos en contra, ya que
jugaban -además de la diputación federal-, posicionarse para la diputación
local del 2016 y la alcaldía del 2017.
El próximo diputado federal del Distrito XIV tiene el reto de dar resultados después de que, por lo menos, los últimos tres legisladores de Minatitlán han pasado de noche. No se recuerda algo positivo de Robinson, Armengol y Noé.
De
salida
Todas las elecciones son diferentes, pensar
que los votos obtenidos se van a quedar guardados para la siguiente contienda,
sólo muestra la ignorancia política. Lo que sí se puede mantener es una
tendencia opositora, la cual sólo va a obtener el triunfo si van en alianza.
Celebrar con euforia el triunfo priísta, es
cometer un error de percepción. Un ejemplo: en el año 2009, Mario Marín Torres,
el góber precioso, ganó los 16 distritos
en Puebla, en el año 2010, perdió la elección para gobernador.
Aquí va a hacer falta capacidad negociadora y
generosidad para aceptar que unidos y sólo unidos, la oposición podrá vencer al
voto duro del PRI.
De mientras, ya inició el circo: Renato
Tronco alza la mano con la firme encomienda de dividir el voto, su postulación es un mal chiste postelectoral. En las
entrevistas realizadas por su protagonismo de seleccionar a un doble, quedó
evidenciado como lo que es pero ahora a nivel internacional.
Por otro lado, sale el candidato consensado
de Fidel Herrera y Javier Duarte: Héctor Yunes levanta la mano y se pasea por
Veracruz como el elegido. Ya le tocó callarse y ser humillado en el 2010, le
faltaron tamaños para enfrentarse al dedazo fidelista, prefirió ser senador y
disciplinarse en lugar de buscar detener a la pandilla de la fidelidad
próspera. Los veracruzanos tenemos que agradecerle los seis años de la
desgracia duartista.
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