10 junio, 2015

¡Ganamos!... ¿En verdad?





Podrás engañar a todos durante algún tiempo;
podrás engañar a alguien siempre;
pero no podrás engañar siempre a todos.
Abraham Lincoln  

Pasaron las elecciones del 7 de junio, los resultados dejan en éstos primeros días a muchos mexicanos un sentimiento de frustración y asombro, en concordancia con el triunfalismo desmedido en los ganadores.

La probada incapacidad del presidente y su gabinete, los escándalos de la Casa Blanca, la frivolidad de la familia presidencial, los abusos del poder, la inseguridad creciente, los muertos de Ayotzinapa, ¿Fueron  olvidados por los mexicanos?

No. Todo ello quedó plasmado en los resultados electorales.

Si el PRI ha conservado la mayoría de la Cámara de Diputados (aliados con el Partido verde) y se apresta a darle seguimiento a las reformas con Enrique Peña Nieto, deben irse con mucho cuidado: según el PREP, el 75% de los mexicanos no votaron por ellos.

El voto anti-PRI se expresó de diversas maneras: abstención (más de 41 millones de mexicanos no fueron las urnas); voto nulo (casi 1 millón 800 mil votos) y la dispersión del voto opositor (casi 20 millones de votos), mientras la coalición PRI-Verde obtuvo 13 millones en números redondos.

Echar las campanas al vuelo no es lo recomendable, los números deberían ser de franca preocupación de los actores políticos. Existe un fuerte desgaste en la imagen de todos los partidos, descontento social y la muestra en Nuevo León de que se puede ganar una elección como independiente.

Estas elecciones mostraron, además, el crecimiento más importante de un partido nuevo como lo es MORENA. En próximos meses veremos qué rumbo se enfila en el país para el final del sexenio de Enrique Peña Nieto y cómo leyó el grupo gobernante lo que los mexicanos expresaron en las urnas.

Veracruz

El triunfalismo barato no es ajeno a nuestro estado. Según los resultados difundidos hasta este día, el PRI-Verde ganó 16 diputaciones federales de las 21 que corresponden a Veracruz.

Ya se ven nuevamente gobernando el estado de la mano de Fidel Herrera y su cártel.

Como señaló con agudeza Mussio Cárdenas en una de sus columnas, el PRI-Verde perdió los principales distritos de Veracruz: De los casi 2 millones y medio de votos emitidos, 1 millón y medio votó en su contra.

Como partido, el PAN en Veracruz conserva una posición que le coloca en primera posición opositora por la carrera por la gubernatura. Ahora vendrá su proceso interno, ese paso que termina siendo una especie de hara-kiri, hay que recordar lo ocurrido en el pasado reciente con Gerardo Buganza.

MORENA, al lograr un sorpresivo tercer lugar, también entra en la contienda. Este partido ahora es integrado por muchos experredistas que abandonaron el partido del sol azteca, después de que Fidel Herrera lo convirtió en el PRD rojo para no crear una alianza opositora en el proceso del 2010.

El sur

Coatzacoalcos, Cosoleacaque y Minatitlán mantuvieron un comportamiento similar: menos del 40% de votación, el voto opositor disperso aunque sí motivó el triunfo del MORENA en Coatzacoalcos, mano negra incluida.

Aunque José Luis Sáenz gana en Minatitlán, el resultado obtenido muestra que la constante nacional lo alcanzó: La mayoría de los votantes dispersó su voto por la oposición y eso le permite alzarse con el triunfo ante una ola de voto antiPRI que no le afectó por existir  tres propuestas con alta votación: PT, MORENA y PAN.

Sáenz Soto alcanza alrededor de 35,000 votos y la oposición 57,000, lo cual muestra que ha sido una contienda reñida, aunado a que varios actores de su propio partido movieron los hilos en contra, ya que jugaban -además de la diputación federal-, posicionarse para la diputación local del 2016 y la alcaldía del 2017.

El próximo diputado federal del Distrito XIV tiene el reto de dar resultados después de que, por lo menos, los últimos tres legisladores de Minatitlán han pasado de noche. No se recuerda algo positivo de Robinson, Armengol y Noé.

De salida

Todas las elecciones son diferentes, pensar que los votos obtenidos se van a quedar guardados para la siguiente contienda, sólo muestra la ignorancia política. Lo que sí se puede mantener es una tendencia opositora, la cual sólo va a obtener el triunfo si van en alianza.

Celebrar con euforia el triunfo priísta, es cometer un error de percepción. Un ejemplo: en el año 2009, Mario Marín Torres, el góber precioso,  ganó los 16 distritos en Puebla, en el año 2010, perdió la elección para gobernador.

Aquí va a hacer falta capacidad negociadora y generosidad para aceptar que unidos y sólo unidos, la oposición podrá vencer al voto duro del PRI.

De mientras, ya inició el circo: Renato Tronco alza la mano con la firme encomienda de dividir el voto, su postulación es un mal chiste postelectoral. En las entrevistas realizadas por su protagonismo de seleccionar a un doble, quedó evidenciado como lo que es pero ahora a nivel internacional.

Por otro lado, sale el candidato consensado de Fidel Herrera y Javier Duarte: Héctor Yunes levanta la mano y se pasea por Veracruz como el elegido. Ya le tocó callarse y ser humillado en el 2010, le faltaron tamaños para enfrentarse al dedazo fidelista, prefirió ser senador y disciplinarse en lugar de buscar detener a la pandilla de la fidelidad próspera. Los veracruzanos tenemos que agradecerle los seis años de la desgracia duartista.


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