09 noviembre, 2011

Las mentiras de Javier Duarte y Gina Domínguez

Otra vez el mismo error, otra acción más que Javier Duarte y Gina Domínguez, vocera del gobierno del Estado no miden, no reflexionan o no les importa.
Creen que los medios nacionales van a aceptarles el trato que le dispensan a los medios estatales.
Sueñan que a golpe de dinero, con amenazas, con decirles que si no ocultan información, si no se callan sus críticas, les van a cortar el convenio de publicidad.


Deberían de entender que, para mala fortuna de ellos dos, los medios nacionales no viven sólo de los convenios de los gobiernos estatales.


Error tras error, pifia tras pifia, Duarte se entierra en el fango de su ineptitud. Y en esa aventura, Gina Domínguez lo empina, lo exhibe, lo desgasta.


Carlos Loret de Mola lo relata en su columna del día 2 de noviembre.
Fuente: El Universal


Las tres fintas del gobernador


En una carta respetuosa que firma su vocera, el gobernador de Veracruz, el priísta Javier Duarte de Ochoa, se queja de lo publicado en esta columna:


1. Asegura que “nunca ha minimizado ni ocultado” las acciones de la delincuencia en su entidad. No es cierto. A través de declaraciones de su entonces procurador, Reynaldo Escobar, y en su propio Twitter, Duarte se precipitó en tachar de delincuentes a las 35 personas cuyos cadáveres aparecieron en la calle. Semanas después, la PGR confirmó que ni la mitad de ellos tenían antecedentes penales.


2. Escribe que su gobierno no ha ocultado información y “ha sido el primero en reconocer lo difícil de esta situación”. No es verdad. Dos procuradores estatales y tres funcionarios federales presentes en la reunión de procuradores celebrada en Veracruz a finales de septiembre me revelaron que Reynaldo Escobar se les acercó para solicitarles, de parte del mandatario estatal, que por favor no dijeran nada de los otros 14 cadáveres que aparecieron ese día. Detallaron cómo el procurador se notaba incómodo con la estrategia de censura impulsada por su jefe. Cuando lo corrieron, la interpretación fue que se trataba de un “chivo expiatorio” del verdadero responsable del desastre.


3. En la misiva asegura que “nunca el gobernador Javier Duarte ha increpado o agredido a periodistas bajo ninguna circunstancia y tampoco ha habido presión a medios de comunicación para ocultar información sobre Veracruz”. Es falso. En la Fiscalía Especial para la Atención de Delitos cometidos contra Periodistas, perteneciente a la PGR, se tiene conocimiento de al menos una denuncia concreta de un reportero de una cadena nacional de radio, quien ha querido guardar el anonimato por temor a (todavía más) represalias. Él asegura que junto con otros colegas —que prefirieron no denunciar ante las autoridades— fueron retenidos por personas vinculadas al gobierno estatal: los golpearon y amenazaron con que les iría peor si seguían difundiendo la noticia de los cadáveres arrojados y que el recado venía del palacio de gobierno estatal. Amén de los testigos que relatan cómo Duarte se abalanzó, pasando por encima de los cercos de seguridad, para increpar a los periodistas enviados a la citada reunión, actitud que derivó en la cancelación de la conferencia de prensa programada con la procuradora federal, Marisela Morales.
Paralelamente, conocidos operadores del gobernador contactaron a directivos de medios de comunicación no para dar su versión o intentar incidir sobre el manejo de la información —su trabajo habitual—, sino para pedir, chantajeando con inversiones en publicidad, que los cadáveres tirados en la vía pública ¡no fueran siquiera mencionados!


Agradezco el muy atento tono de la carta de Gina Domínguez Colío, coordinadora general de Comunicación del estado de Veracruz, pero el contenido falso en varias de sus réplicas me obliga a contestar sosteniendo y ampliando con más datos lo que he publicado en estas “Historias de Reportero”.

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