04 diciembre, 2011

Qué bonita familia


Más que con la profesora Elba Esther Gordillo, el PRI tiene que buscar aliarse con los maestros… confío en que se puede hacer de lado el cacicazgo de Elba Esther Gordillo
Francisco Labastida Ochoa
Senador del PRI
Se registra como único precandidato en su partido político, Enrique Peña Nieto, el representante del Nuevo PRI.
Claro, tuvo que estar presente Humberto Moreira, el que endeudó a un estado con trampas y triquiñuelas, el presidente del partido que primero entró muy machito, muy hombrecito, muy bravucón, pero cuando le sacaron quién era (y es) su prestanombre para el enriquecimiento ilícito que ha querido ocultar, se empezó a quedar calladito.
Cuando mostraron sus trapitos de la deuda heredada en Coahuila, sólo atinó a decir “es un ataque” para culminar en que “varios funcionarios de la Secretaría de Hacienda validaron los documentos”. O sea, le siguen y hablo.
También estuvo presente Arturo Montiel, aquél del slogan “Los derechos humanos son de los humanos, no de las ratas”. El mismo que, para bajarlo de la contienda, Roberto Madrazo le publicara en medios nacionales las pruebas de algunos departamentos y propiedades que demostraban un enriquecimiento escandaloso, cuentas bancarias y evidenciar que, de rateros a rateros, Montiel lo era más que Madrazo.
También llegaron gobernadores y exgobernadores.
Los mismos corruptos de siempre, la nomenklatura priísta para celebrar por anticipado que, ahora sí van a  regresar a Los Pinos, el pueblo los reclama. Ellos sí saben cómo hacerlo, ellos sí saben gobernar.
Es el nuevo PRI…el PRI de siempre.
Las prácticas de siempre (acarreo, porras, chamarras rojas, gorras rojas, matraca, silbatos y lonche)
Las mañas de siempre (dedazo que ahora no lo hizo un presidente, sino un expresidente –Carlos Salinas de Gortari- y la todopoderosa Televisa).
Candidato único después de la madrina soterrada que le esperaba a Manlio Fabio Beltrones, lo cual le obligó a declinar y alinearse.
Por ahí anduvo Javier Duarte de Ochoa, faltaba más. Dejó correr el rumor de que había salido del país para proteger a sus hijos y a su esposa por un enfrentamiento con delincuentes que podrían haber atentado en la zona donde estudian sus hijos. Mientras siguen los asesinatos, secuestros, levantones, amenazas y la descomposición social en Veracruz, el gordito se da vuelo gritando con su voz tipluda y su manita que señala a algún lado, se toca el corazón y vuelve a señalar, lo mismo de siempre.
Claro, no faltaban los líderes sindicales. Carlos Romero al frente, otros seis años de impunidad, otros seis años de saqueo. Los gobiernos panistas no pudieron con él y ahora es la suya (aunque siempre lo ha sido).
Por ahí anduvo Marcelo Montiel, seguro de que la impunidad lo seguirá protegiendo, así se confían los demás alcaldes y exalcaldes. Han gozado de impunidad, pero ahora quieren más. Se puede nombrar a cualquiera, sea el de Tuxpan, Juan Ramón Gánem Vargas, detenido en agosto y del cual la procuraduría tuvo que echarse para atrás so pena que soltara la sopa y embarrara a Duarte en sus triquiñuelas. Podemos mencionar al de Jáltipan, Cosoleacaque, Minatitlán, Cosamaloapan, el que sea. La regla es: "roba pero no traiciones".
Dinero tienen, confían que el saqueo de Fidel Herrera, Humberto Moreira y Enrique Peña Nieto en sus respectivos estados, la deuda escandalosa y solapada en el ocultamiento de su destino, le garantizarán los recursos para hacer frente a la campaña.
Los acompaña en esta aventura Elba Esther Gordillo, la dueña de la educación en México. Tampoco el PAN pudo con ella, prefirió negociar y ya ven cómo les pagó, traicionándolos en Veracruz y en Michoacán.
Me resisto a creer que, después de saber quiénes son el Nuevo PRI, usted crea que votando por ellos, este país va a cambiar.
 Para rematar
La Auditoría Superior de Coahuila ha blindado la información de la deuda de Moreira hasta el año 2019. No habrá manera de que expliquen cómo pasó de 184 millones de pesos a 35 mil 457 millones de pesos, es decir, un despunte de 19 mil 270 por ciento durante el gobierno de Humberto Moreira, actual presidente nacional del PRI, a quien en poco le cantarán las golondrinas, claro, con la impunidad garantizada.
Javier Duarte de Ochoa también validó la deuda de Veracruz, él fue el Secretario de Finanzas y supuesto artífice de la bursatilización. La deuda de Veracruz es mayor a la de Coahuila: 37 mil 817 millones de pesos. Antes de Fidel Herrera era de 2 mil 700 millones de pesos.
Enrique Peña Nieto dejó en el Estado de México una deuda de 61 mil millones de pesos.
Ese es el PRI renovado, el Nuevo PRI. ¡Qué bonita familia!
 El inútil
 No se le da la política a Marcos Theurel.
El alcalde bipolar es bueno para gritar, golpear y amenazar a quien se lo crea, pero no para ser un líder. Es el tonto útil solamente. Pasará su trienio sin pena ni gloria, queriendo hacer negocios y gozando ser manipulado por la abuelita impune y su remedo de Lady Gaga.
Lo malo es que cuando hace acarreos de “operadores políticos”, tiene el mal tino de que una de ellas se le muera en el viaje.
Pobre señora, lo que hace la necesidad y la manipulación de la pobreza.
Lo que hace que un pobre tipejo convertido en alcalde sin el mínimo sentido de humanidad haga todo lo posible por deslindarse y ocultar esta tragedia.
Que el Padre Maciel lo redima.
La anécdota
Llegaba a cualquier hora a la oficina.
Sudaba y sudaba el gordito peloncito. Patético en su discurso, recibía órdenes de un personaje que, para terminar obras mal hechas, era excelente, pero para capacitar electoralmente, realmente no era lo suyo. Sin embargo, el gordito obedecía.
Todo ocurrió en la oficina de la Dirección de un medio de comunicación electrónico de Coatzacoalcos.
El peloncito tenía que ser el árbitro de la contienda, pero recibía un curso intensivo de cómo hacerse guey (que no le costaba mucho), cómo manipular al elección, cómo acallar a los panistas, cómo los demás representantes de partido iban a hacerle segunda en votaciones clave de las sesiones, ya que estaban maiceados por el candidato del PRI a alcalde.
Un curso exprés de cómo hacer la trampa para favorecer a Marcos Theurel Cotero.
Hoy, como ha documentado puntualmente el periodista Mussio Cárdenas, ese mismo personaje busca un lugar en el IFE.
Se llama Roberto Orlando Olivares Carrillo.
Jodidos estamos.



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